Fantasmas del Cementerio
[Viña del Mar, Chile] [Interesante y espeluznante casos. Los espíritus siguieron a familia hasta su casa. Creíble]. Lo leí en La Estrella de Valparaíso:
Fantasmas Atormentan las Apacibles Noches de una Familia Viñamarina. Una visita al cementerio Santa Inés habría sido la puerta de entrada de estos espectros que juegan por la casa de noche como si estuvieran a plena luz del día.
Terrorífica es la situación que está viviendo una familia viñamarina del sector de Reñaca Alto, a quienes le llegaron unos extraños visitantes que no han querido irse: dos fantasmas.
Según comentan los afectados, José Menares y su esposa Karen Finlay, el extraño hecho comenzó a producirse hace unos dos meses luego de una visita al Cementerio Santa Inés en la Ciudad Jardín. Desde aquella noche, los fantasmas no han parado de molestarlos.
"Fuimos al cementerio con mi esposa y mi hija de 16 años a visitar a una familia amiga de mis suegros. Estuvimos, limpiamos la tumba y al final yo salí del cementerio. Ellas se quedaron y recorrieron los mausoleos porque nunca habían entrado. Llegamos a la casa y esa misma noche empezamos a sentir pasos, ruidos y a ver cosas que no existían", dijo el jefe de hogar.
Pasos y Golpes
Lo primero que sintieron fueron pasos, en la pieza matrimonial y en el segundo piso, en la pieza de la hija. Luego se sentía que caminaban por toda la casa y su nieto de sólo un año y medio parece verlos.
"Además de los pasos y ruidos veíamos que mi nieto pasaba corriendo y decía ’hola’ y hacía seña hacia los dormitorios. Me decía ’mamá, mamá’ y señalaba que algo había ahí, algo que nosotros nunca vimos", dijo la mujer. Entre el primer y el segundo piso hay una puerta que cuida que el pequeño no suba solo por las escaleras. Durante las noches sienten que mueven esa puerta, la abren y suben o bajan las escalas.
Además, han molestado a José Menares quien incluso ha sentido como se han acostado junto a él en la cama o le han pegado a la cama que la hace mover con fuerza.
"Yo soy chofer y cuando llego tarde duermo en otra pieza para no molestar. Una noche pasaron por el lado de la cama y como que le pegaron una patada. Despertaron todos porque el ruido fue igual como que si me hubiese caído", dijo Menares. Continuó su esposa: "nos asustamos con el ruido y escuchamos que a alguien retaba, cuando le preguntamos que pasó dijo ’alguien le pegó un choque a la cama’ además que la puerta sonaba como que alguien hubiese querido entrar".
"Otro día -sigue relatando José Menares- se me acostaron al lado. Yo no les tengo miedo porque fui carabinero, hice guardia en el cementerio, no les tengo miedo y les dije ’ya po, déjense de guev... quiero descansar, váyanse a jugar a otro lado’ y así siguieron pasando muchas cosas más".
Sombras
En un principio las molestias se producían sólo de noche, pero luego comenzaron a producirse a plena luz del día y se comenzaron a poner más agresivos.
"Ahora último molestan a mi nieto porque cuando está jugando dentro de la pieza sale corriendo, llorando y grita ’no, no’ como que algo le están quitando. En la noche ahora siempre está asustado y eso me da más miedo, que se vayan a poner agresivos con él", manifestó la dueña de casa.
A lo anterior se suma que han visto sombras, son sombras pequeñas, como niños de baja estatura que se deslizan por la casa y en una oportunidad las vio como recorrían uno de los dormitorios mientras ella estaba afuera, en el patio.
Hace dos semanas y aburrida de la situación, Karen Finlay decidió visitar a una tarotista, quien le dijo que se trataba de duendes, de niños o jóvenes.
El trabajo para echarlos cuesta 80 mil pesos, cifra que no están dispuestos a pagar, pero la hija ya comenzó a asustarse con tanto ruido, luces que se prenden y se apagan sin motivo aparente o sombras.
"¿Por Qué a Nosotros?"
La dueña de casa asegura que nunca les había pasado algo similar, por eso se pregunta por qué les sucedió a ellos si antes hasta era media incrédula.
Dice que ha hecho memoria de su recorrido por el cementerio ese día y que lo único anormal que hicieron con su hija, a parte de visitar los mausoleos, fue "quedarse pegadas" en una tumba que tenía una estatua de piedra de un joven que se tapaba la cara atormentado, apesadumbrado, lo que llamó su atención y las hizo reflexionar sobre eso.
"No sé por qué a nosotros, yo he entrado a cementerios, mi hija no, nunca, pero no sé qué pasó esa vez. No sé porque entraron a mi casa, pero nunca más voy a ir a un cementerio, esto ya nos está asustando, más aún cuando el niño se nos había puesto más violento, más agresivo o gritaba por cualquier cosa. Analizando lo que ha pasado, pensamos en esta estatua que está entre dos sepulturas. Esa vez comentamos que era triste, nos dio pena y la tarotista dijo que eran dos espíritus y pensamos que podrían ser ellos los que se vinieron con nosotros", remató la asustada mujer.
[Carla Olivares]
[25 de septiembre de 2008]
[©estrella de valparaíso]
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