Adiós a Casa Embrujada
[Barrancas, Chile] [Una casa embrujada, con sombras, llantos, y presencias. Habitual]. Sigue nota aquí:
Tras 100 Años de Historia, Demolerán la ‘Casa Embrujada' en Subida 21 de Mayo.
Antigua residencia ha resistido a los terremotos y a los cuentos populares. Hoy la familia que la ocupa desclasifica los archivos del miedo.
Un viaje sin retorno iniciará en los próximos días la familia Gacitúa Millán, que por dos décadas ocupó una vivienda conocida como la ‘casa embrujada' en Barrancas. El inmueble, que fue levantado hace 100 años, está ubicado en 21 de Mayo 1086. Antes de la próxima semana deberá ser demolido.
La noticia no ha caído nada de bien en los Gacitúa Millán, pues este por siempre ha sido su hogar y en él quedan todos los recuerdos familiares. Aún así, los dueños de la residencia ya decidieron darle otro destino y en pocos días todas esas añoranzas quedarán derrumbadas en el suelo.
Pero en esta casa, también habitan otros seres que quedarán deambulando en la nada. Al menos, así lo creen muchos de los sanantoninos que han dormido en una de sus 14 habitaciones. Es que los mismos hijos de los Gacitúa Millán aseguran haber sido testigos de hechos paranormales en la casa que los vio nacer. Mito o verdad, eso nadie lo sabe, pero no quisimos perdernos la posibilidad de conocerla por dentro.
Un Paseo al Sótano
En la puerta de esta casa de tres pisos nos recibe el pater famili, Eduardo Gacitúa Valdés. Aunque no quiere hablar mucho del tema, no nos damos cuenta del momento en que ya estamos instalados en el sótano de este verdadero edificio que fue construido con un resistente pino oregón.
"Dicen que esta casa la mandó a construir el ingeniero que levantó el puerto en el siglo pasado. Resistió muy bien todos los terremotos", contó Eduardo, mientras en el sótano nos cercioramos de lo tétrico que puede ser este sitio.
En el lugar hay sillones viejos, cañerías de agua potable, cables eléctricos y mucho polvo. Ideal para las arañas, murciélagos y misterios.
¿Hay fantasmas acá?, es la pregunta. Eduardo dice que a él no le consta que hayan ocurrido sucesos anormales. Eso sí, reconoce que sus hijos han vivido en carne propia algunos hechos que, al menos, parecen sorprendentes.
Sombras y Apagones
"A mi hijo le pasó que ha estado viendo tele, y el televisor se le ha apagado sin que hubiera un corte de luz; además a mi hija se le aparece una sombra en su pieza. Y a otro chico que se vino a quedar, le pasó que alguien se sentó en la cama en que durmió", aseveró este padre que cree ante todo en la versión de sus hijos.
"A lo mejor los fantasmas se van a ir para el lado", infirió Eduardo al comentar el destino que tendrán esos seres que pululan en el lugar. De todas maneras, aclara que lo más triste de la demolición de la casa, es que deberán abandonar el sitio en que crecieron sus tres hijos.
Carretes de Miedo
Nicole Gacitúa Millán, la segunda hija del matrimonio de Eduardo y Olga, es pokemona. Con su dulce voz cuenta que en su casa sí pasan acontecimientos dignos de una película de terror.
Recuerda que ha organizado muchas fiestas pokemonas en su casa, a las que sus amigos llegan muertos de miedo. Ellos saben de las historias de terror que aquí se han tejido.
"Yo he escuchado llantos de niños y los sonidos de los tacos de una mujer caminando en el último piso. Yo oía los llantos y pensé que era mi hermana que había nacido hace muy poco, pero iba hasta donde estaba ella, y me daba cuenta que dormía tranquilamente. Al principio me daba miedo, pero después me acostumbré. Pienso que la casa está embrujada, y mis amigos dicen lo mismo, aunque yo ya no le hago caso a estas cosas", admitió la joven.
El sólo hecho de escuchar las palabras de Nicole abruma, pues ella también señaló que "cuando uno va hacia el pasillo, se siente como que alguien te mira; ahí da una sensación de escalofríos, pero no es que anden empujando o que te den vueltas las cosas".
En medio de la conversación con Nicole ocurre algo inesperado. Michelle, su hermana de 4 años, llega a nuestro lado. Haciendo un "pucherito" y montada sobre los brazos de la joven pokemona, la despierta pequeña afirmó lo insondable. "No me quiero cambiar de casa, porque allá no tenemos ningún árbol", dijo con la cara entristecida. Llenos de inocencia y al borde de las lágrimas estaban sus ojos celestes. La visita había concluido y yo me hundo en el mar de dudas que hay en mis ojos.
[28 de marzo de 2008]
[©líder de san antonio ]
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jose -