Castillo del Diablo
Encuentro el siguiente artículo en un diario del sur de Chile. Gira sobre un castillo cuyos anteriores dueños aseguran haber vivido en él experiencias que demuestran que había espíritus malignos. Sigue aquí:
Quinta en que ‘aparecía' fue devastada por ladrones. Ni el diablo espanta a delincuentes de San Vicente. Área en que se ubica Quinta Santa Leonor es de servicios comerciales, pero nadie se interesa en comprar o arrendar. Propietarios desolados.
La Quinta Santa Leonor, en San Vicente, Talcahuano, más conocida como El Castillo del diablo, es hoy por hoy "el´cacho´del diablo", protestó un miembro de la familia propietaria.
Cuidaba la quinta un matrimonio también de pocas palabras y como, en las noches, iluminaban la inmensa propiedad con lámparas que irradiaban una tonalidad rojiza, que la gente suponía llamas interiores, comenzaron a decir que "era cosa del diablo". No faltó quien aseguró haber visto, de noche, en la puerta, un señor elegantemente vestido de negro que sonreía al saludar mostrando su dentadura de oro. A veces, inclusive estaba acompañado de un perro negro. Lo cierto es que era hermoso, con árboles esplendorosos y flores finas, con escaleras, miradores y muebles de lujo en su interior.
Otro dueño, que habría sido contrabandista, acrecentó la leyenda para mantener lejos a los curiosos, dicen.
Diferente opina el vecino Luis Flores Villagrán (60): "Nací en el sector y aquí anda el diablo y los espíritus malignos. Se escucha caminar, que arrastran o tiran cosas y a veces uno siente que lo tocan, pero no se ve a nadie. Yo viví una situación así y uno queda helado... los ladrones no les temen porque son amigos de los demonios".
Para los propietarios actuales el diablo es muy real: delincuencia.
La Batalla Final
Pequeños industriales que todavía persisten en trabajar en los alrededores del castillo cuentan que están dando la pelea por perdida: "Se roban los cables del tendido eléctrico, rompen candados, quiebran techos, cercos, pernoctan al interior de los edificios que ocupan. Ya no nos queda más que dejar el barrio en manos de los delincuentes". Agregan que el castillo, una joya hecha añicos, les oprime el corazón y que la propietaria -una dama de cierta edad- cayó en depresión por cómo se destruyó la propiedad sin que lograran venderla o arrendarla a modo de que fuera cuidada.
[L. Bizama F.]
[13 de enero de 2007]
[©el sur ]
Quinta en que ‘aparecía' fue devastada por ladrones. Ni el diablo espanta a delincuentes de San Vicente. Área en que se ubica Quinta Santa Leonor es de servicios comerciales, pero nadie se interesa en comprar o arrendar. Propietarios desolados.
La Quinta Santa Leonor, en San Vicente, Talcahuano, más conocida como El Castillo del diablo, es hoy por hoy "el´cacho´del diablo", protestó un miembro de la familia propietaria.
Cuidaba la quinta un matrimonio también de pocas palabras y como, en las noches, iluminaban la inmensa propiedad con lámparas que irradiaban una tonalidad rojiza, que la gente suponía llamas interiores, comenzaron a decir que "era cosa del diablo". No faltó quien aseguró haber visto, de noche, en la puerta, un señor elegantemente vestido de negro que sonreía al saludar mostrando su dentadura de oro. A veces, inclusive estaba acompañado de un perro negro. Lo cierto es que era hermoso, con árboles esplendorosos y flores finas, con escaleras, miradores y muebles de lujo en su interior.
Otro dueño, que habría sido contrabandista, acrecentó la leyenda para mantener lejos a los curiosos, dicen.
Diferente opina el vecino Luis Flores Villagrán (60): "Nací en el sector y aquí anda el diablo y los espíritus malignos. Se escucha caminar, que arrastran o tiran cosas y a veces uno siente que lo tocan, pero no se ve a nadie. Yo viví una situación así y uno queda helado... los ladrones no les temen porque son amigos de los demonios".
Para los propietarios actuales el diablo es muy real: delincuencia.
La Batalla Final
Pequeños industriales que todavía persisten en trabajar en los alrededores del castillo cuentan que están dando la pelea por perdida: "Se roban los cables del tendido eléctrico, rompen candados, quiebran techos, cercos, pernoctan al interior de los edificios que ocupan. Ya no nos queda más que dejar el barrio en manos de los delincuentes". Agregan que el castillo, una joya hecha añicos, les oprime el corazón y que la propietaria -una dama de cierta edad- cayó en depresión por cómo se destruyó la propiedad sin que lograran venderla o arrendarla a modo de que fuera cuidada.
[L. Bizama F.]
[13 de enero de 2007]
[©el sur ]
8 comentarios
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franco -
ivonne -
CARLA -
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XXXCARLA
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