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Historia del Más Allá en Chile

Historia del Más Allá en Chile En junio incluí aquí una reseña que apareció en La Tercera, del libro de Manuel Vicuña sobre la historia del espiritismo en Chile. Un tema a mi juicio muy interesante y un libro que aborda una historia inusual. Ahora encuentro otra reseña del mismo libro en El Mercurio de Valparaíso, que sigue aquí:

Conexión con los difuntos

"¡Olvidarte no puedo! Lo que yo te pido es que en tu evolución espiritual no me olvidas, i mientras Dios nos une, ayúdame en la vida con tus inspiraciones".
Ese es el lamento de una madre, Victoria Subercaseaux. Estampado en las actas de las sesiones espiritistas realizadas el interior de su hogar y reproducido por la ‘Revista de Estudios Psíquicos', de agosto de 1914.
La referencia la hace el joven historiador Manuel Vicuña (1970), en su reciente libro ‘Voces de ultratumba. Historia del espiritismo en Chile', editado por Aguilar Santillana bajo el sello Taurus, y que es el primero en abordar orgánicamente este espinudo tema y su nacimiento y desarrollo en nuestro país.
Victoria Subercaseaux, viuda de Benjamín Vicuña Mackenna, presidía cotidianamente sesiones espiritistas en su hogar capitalino (y a lo mejor en su fundo de Puente Colmo) para comunicarse a través de una experimentada médium con su hijo Benjamín, Tatín, prematuramente fallecido, dejándola en una congoja eterna.
El historiador comenta el lamento maternal consignando que "Tatín, en efecto, se siente prisionero de la pena de su madre, tan sólida como una fortaleza de la cual sólo se puede escapar con la venia de quien la custodia. Desea por lo mismo que Victoria cobre conciencia de su elevación a un plano superior, confiando en que esa constatación positiva actúe como una fuente de consuelo, para que "después, tranquila ya, me dejes alejarme de ti por un tiempo. No te diría adiós, sino hasta muy pronto".
Leyendo este manuscrito (diario inédito de sesiones entre 1913 y 1927), añade Manuel Vicuña, cuesta concebir mejor testimonio de las dinámicas psíquicas que rigen la adhesión al espiritismo en tanto mecanismo de desahogo frente a los descalabros emocionales acarreados por la muerte de un ser querido. Victoria ilustra el atractivo existencial del espíritu, al tiempo que nos da aviso de sus debilidades. Como analgésico de emergencia parece restarle virulencia a la muerte, si bien la esporádica comunicación con una presencia desencarnada, en lugar de colmar el vacío y aplacar la carencia, perfila con más fuerza los contornos de la ausencia real, tangible y visible por omisión, de un ser virtual, inaprensible, afantasmado.

El Espiritismo en Chile

El historiador, quien es director de la Escuela de Historia de la Universidad Diego Portales, ha sostenido que considera al espiritismo como un síntoma del malestar de la cultura en un periodo de crisis de credibilidad de las religiones tradicionales y de búsqueda desesperada de nuevas certidumbres básicas.
Lo define como un movimiento formado por personas que creen en la posibilidad de comunicarse con espíritus de seres desencarnados, atribuyéndole a esta experiencia el valor de confirmar empíricamente la inmortalidad del alma y la existencia de realidades espirituales que trascienden la caducidad de la materia.
El movimiento nació en forma fortuita en 1848 en una localidad rural de Nueva York cuando dos hermanas adolescentes reportaron comunicaciones con el espíritu de un difunto, presumiblemente un vendedor viajero asesinado, cuyo cuerpo yacía enterrado en el sótano de su casa. Esto originó la constitución de un movimiento mitad inducido, mitad espontáneo. Miles de personas se plegaron. Luego se propagó a Europa y luego a América Latina. Y a nuestro país, donde se extendió rápidamente, y por cierto en Valparaíso, con ilustrados miembros, creando publicaciones de todo tipo, estableciendo centros y círculos en distintas ciudades, siempre conservando la fe superior, pero con un espíritu liberal, alejándose de la religión tradicional, considerada como ‘arbitraria' por muchos.
Así, el espiritismo es considerado como un actividad más democrática. Todo mortal, con igual legitimidad, podía participar en sus actividades, apunta Vicuña. Hasta la condición de médium, sin menoscabo de su carácter excepcional, quedaba, en principio, al alcance de cualquiera: hombres, mujeres, aun niños. De ahí emana buena parte del atractivo del espiritismo, que democratizaba las funciones sacerdotales anulando el privilegio y la superioridad espiritual del clero, en tanto mediador oficial y exclusivo entre Dios y los fieles.

Orígenes y Detractores
Junto con el auge del espiritismo, practicado en forma íntima en muchos hogares y también como una forma de ocio en vacaciones (¿quién no lo hizo en sus días de descanso en la playa o el campo, alentado por los mayores, pero también casi como un juego?), aparecen los detractores, especialmente representantes del clero.
Corría el año 1875 cuando se crea en Santiago la ‘Revista de Estudios Espiritistas, Morales i Científicos', extendiéndose la práctica rápidamente.
Principalmente los sacerdotes, indecisos entre el desdén reservado a los embustes, a las "ridículas patrañas", a los "groseros dislates" y el espanto provocado por los indecisos de la artera intromisión del demonio en los asuntos humanos, sólo entonces se decidieron a criticar en forma sistemática al espiritismo, trenzándose en debates con sus partidarios.

Espiritistas Ilustres

Tanto en Valparaíso como en Santiago y otras ciudades del país, hubo ilustres aficionados al espiritismo. A Victoria Subercaseaux se suman los miembros de la familia Morla Lynch, la escritora Rosario Orrego y Eduardo de la Barra.
En Valparaíso, uno de los principales exponentes fue Jacinto Chacón, tío de Arturo Prat, existiendo constancia que el héroe participó en sesiones espiritistas y mas tarde, una vez inmolado, su viuda Carmela Carvajal también recurría a esta práctica para buscar el contacto y consuelo con su amado esposo.
Manuel Vicuña consigna, al referirse a la presencia de Dios en el espiritismo que Arturo Prat acotó que "como padre bondadoso sólo quiere el bien de sus hijos", cuando en diálogo con el espíritu atribulado de un comerciante de Valparaíso, el 10 de agosto de 1877, según refiere el libro de actas de las sesiones (una práctica documental común entre los espiritistas) celebradas en la casa de su tío materno, Jacinto Chacón.

Consuelo
El espiritismo, aparte de las supercherías y falsos médium, que afortunadamente en aquellos años no abundaron, trae consuelo a las almas atormentadas. Esta es quizás una de las sugerencias que se desliza a través del notable libro del profesor Vicuña.
Y así lo consigna en la página 74: Durante el congreso espiritista internacional celebrado en 1913 en Ginebra, se reiteraran las virtudes confortadoras del nuevo credo, con la solemne retórica heredada del siglo XIX: "A todos los que lloran la muerte de seres queridos y tocan con la frente el mármol de los sepulcros; a la madre privada de su niño, a la mujer inconsolable viuda de un esposo adorado, el espiritismo lleva todos los consuelos, todas las certidumbres".
[Alfredo Larreta Lavín]
[20 de noviembre de 2006]
mercurio de valparaíso ]


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